El mimetismo molecular es el parecido que existe entre antígenos; en este caso, entre la glicoproteína Spike del SARS-CoV-2 y las proteínas propias de los tejidos humanos. Es un mecanismo que puede contribuir a la infertilidad femenina y masculina, al generar autoanticuerpos que reaccionan contra los órganos de la reproducción humana
Las similitudes que existen en la secuencia de aminoácidos entre los patógenos y el huésped humano pueden conducir a patologías autoinmunes a través de fenómenos de reactividad cruzada que ocurren después de la infección del patógeno [1].
En la vacunología existe un concepto básico según el cual solo las secuencias peptídicas derivadas de patógenos que están ausentes en el ser humano, es decir, péptidos “no propios”, puede conducir a inmunoterapias seguras y eficaces[2]. Se ha reunido evidencia experimental de que tan solo se necesita un bajo nivel de similitud de secuencia con el proteoma del huésped para modular respuestas de células B y la generación del repertorio de anticuerpos asociados con múltiples patologías de enfermedades infecciosas, cáncer, autoinmunidad, hipertensión, obesidad y alergia [3] [4].
Bajo esta premisa, los anticuerpos contra SARS-CoV-2 -inducidos por la infección natural o por la vacunación- que puedan reaccionar de manera cruzada con los tejidos propios, posiblemente contribuirán a la aparición de enfermedades autoinmunes.
Roxana Bruno PhD, Mimestismo Molecular y Efectos adversos de las inyecciones K0 B1T
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Las reacciones cruzadas para SARS-CoV-2 ya han sido demostradas: 21 de 50 antígenos tisulares tuvieron reacciones moderadas y fuertes con los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 por reacción cruzada entre las proteínas del SARS-CoV-2 y una variedad de antígenos del cuerpo humano, lo que sin dudas podría conducir a la autoinmunidad contra el tejido conectivo, el sistema cardiovascular, el sistema gastrointestinal y el sistema nervioso [5].
El sistema reproductor humano también podría estar en peligro. Un estudio publicado recientemente evalúa la posible reactividad cruzada de los anticuerpos contra la Spike y las proteínas relacionadas con la fertilidad humana [6]. Los autores -que pertenecen a centros de investigación de Israel, Italia, Francia y Rusia- realizaron un estudio sistemático para comprender el potencial inmunológico de los péptidos compartidos entre la glicoproteína Spike del SARS-CoV-2 y las proteínas humanas que participan en la reproducción y los posibles efectos que el mimetismo molecular puede tener sobre la fertilidad femenina 6.
El mimetismo molecular es el parecido que existe entre antígenos; en este caso, entre la glicoproteína Spike del SARS-CoV-2 y las proteínas propias de los tejidos humanos. Es un mecanismo que puede contribuir a la infertilidad femenina y masculina, al generar autoanticuerpos que reaccionan contra los órganos de la reproducción humana. Los investigadores seleccionaron al azar una biblioteca de 82 proteínas humanas vinculadas a la ovogénesis, la receptividad uterina, la decidualización y la placentación y las analizaron buscando epítopos inmunitarios (regiones capaces de generar una respuesta inmune) compartidos con los epítopos inmunorreactivos de la glicoproteína Spike de SARS-CoV-2.
Encontraron que la glicoproteína Spike del SARS-CoV-2 comparte 41 determinantes inmunes mínimos con 27 proteínas humanas que se relacionan con la embriogénesis, la implantación embrionaria y la formación de la placenta6. Se reconocieron 41 pentapéptidos que guardan similitud inmunorreactiva con proteínas humanas que intervienen en el establecimiento del embarazo y el desarrollo de la placenta, que es un órgano de vinculación estrecha entre el feto y la madre. Todos los pentapéptidos inmunorreactivos compartidos, con la excepción de cuatro, también están presentes en epítopos derivados de glicoproteína Spike de SARS-CoV-2 y ya han sido validados experimentalmente como inmunorreactivos.
Las evidencias indican que el virus SARS-CoV-2 y la respuesta inmunitaria que desencadena pueden atacar a los órganos reproductores humanos que expresan su principal receptor, el ACE2, como son los ovarios y los testículos, pero aún no estaba muy claro si esto tiene alguna implicación para la fertilidad humana [1] . En este nuevo estudio se describe un mecanismo de reactividad cruzada y una plataforma molecular, es decir, secuencias de péptidos derivadas de proteínas relacionadas con la infertilidad y también presentes en el SARS-CoV-2, que los investigadores proponen como posibles vínculos entre la aparición de infertilidad y la infección, así como también se deducen las posibles consecuencias derivadas de la inmunización mediante el uso de vacunas contra el SARS-CoV-2.
Ahora tenemos evidencia científica que indica que la respuesta inmune contra SARS-CoV-2 podría afectar a numerosas proteínas ligadas a la fertilidad, incluidas las enzimas implicadas en el programa de metilación de histonas, provocando así graves y numerosas alteraciones de la función reproductiva en los seres humanos. Citando solo algunos, podemos enumerar aquí la pérdida de células germinales, reducción severa del tamaño de los testículos y los ovarios, alteración en la determinación del sexo masculino, reversión del sexo, alteración de la foliculogénesis, alteración del equilibrio de la expresión génica sexualmente dimórfica, reducción de la fertilidad, alteraciones de pubertad con pubertad precoz, ausencia o maduración sexual incompleta, disfunción de la función reproductiva, azoospermia no obstructiva e insuficiencia ovárica prematura 1 (ver la Tabla 1, y las referencias allí citadas).
Los hallazgos científicos recientes acerca de la similitud entre la glicoproteína Spike y los tejidos humanos nos obligan a estar atentos y a hacer un seguimiento clínico de los pacientes vacunados contra COVID-19, por los problemas de posibles enfermedades autoinmunes, cáncer e infertilidad que puedan aparecer entre la población vacunada.
De aquí también se desprenden los conflictos éticos que surgen en torno a la vacunación masiva contra COVID-19 en niños y jóvenes -un grupo etario que no es suceptible de padecer una enfermedad severa por SARS-CoV-2- sin olvidar que son vacunas autorizadas de emergencia, que no cuentan con estudios de fase 1, 2 y 3 acabados, cuya eficacia no fue la que inicialmente se informó, y destacando que son vacunas que carecen de estudios de seguridad de duración adecuada como para garantizar que a mediano y largo plazo no aparecerán enfermedades de mayor gravedad y complejidad que la propia infección por SARS-CoV-2.
La evidencia científica, médica y epidemiológica acumulada es suficiente para detener de inmediato la vacunación masiva experimental de los adultos y para no continuar, por principio precautorio y por razones éticas, la vacunación de niños y adolescentes [2] . Los daños causados por las vacunas contra COVID-19 serán más serios que la enfermedad natural. Cumplimos en informar. Nadie podrá alegar que no sabía que esto podría pasar.