El representante republicano Jim Banks denunció la presencia de uno de los medios propagandísticos del régimen comunista chino que se reparte diariamente en cada oficina del Congreso de los Estados Unidos, señalando la hipocresía del cuerpo legislativo que por un lado dicen tener una postura dura con Beijing pero en sus acciones demuestran lo contrario.
“Aunque la retórica en el Congreso habla de “combatir la influencia china” y de la necesidad de ser “duros con China”, los estadounidenses no se tomarán en serio nuestras reivindicaciones si no tomamos medidas para evitar que China haga propaganda en nuestra propia legislatura”, escribió Banks en una carta a la presidenta de la administración de la Cámara de Representantes, Zoe Lofgren.
El republicano envió una carta en 2019 al comité que se encarga de la administración de la Cámara pidiendo una audiencia urgente al ver que China Daily, un periódico en inglés del Partido Comunista Chino (PCCh) se reparte en cada oficina del Congresos todos los días, sin cargo.
“El partido estatal chino se ha infiltrado con éxito en nuestra prensa libre e incluso en nuestro poder legislativo para difundir su propaganda. Esto es inaceptable y el Congreso tiene el deber de responder”, demandó Banks en su carta.
Durante la gestión de Trump, el PCCh se vio obligado a registrar sus medios propagandísticos como ‘misiones extranjeras’ (FARA por sus siglas en inglés) una denominación que se utiliza para diferenciar personas y compañías comerciales de aquellas que responden o son administradas por un gobierno extranjero.
Según el sitio web Fara.us que registra las misiones extranjeras, el Departamento de Estado considera que las cinco agencias, Agencia de Noticias Xinhua, China Global Television Network (CGTN), China Radio International, China Daily Distribution Corporation y Hai Tian Development U.S.A., la empresa matriz del People’s Daily Newspaper, están efectivamente controladas por el gobierno chino.
La designación de misión extranjera son parte del esfuerzo del Departamento de Justicia y el Congreso para combatir la influencia extranjera en los Estados Unidos, dice el comunicado de prensa.
Banks notó que el China Daily se entrega junto con la publicación de Político, un popular medio de noticias estadounidense que según el republicano, terminará perdiendo credibilidad por ello.
El legislador pidió a la administración del Congreso que prohíba la circulación del periódico de propaganda comunista china y recomendó agregar a cada uno de aquellos que caigan dentro de la categoría de misiones extranjeras una identificación que le permite al lector saber que gobierno controla ese medio.
Hipocresía de los demócratas
Banks criticó el liderazgo demócrata de Nancy Pelosi, la presidente de la Cámara por haber eliminado del presupuesto de infraestructura de 1.2 billones de dólares una provisión incluida por los republicanos para prohibir que los fondos públicos sean destinados a empresas implicadas en el genocidio de los uigures.
“El nuevo proyecto de ley de reconciliación de los demócratas elimina las prohibiciones de financiación a las entidades que utilizan el trabajo forzado de los uigures en China”, escribió Banks en un tweet. “¿Por qué los demócratas quieren dar dólares de los contribuyentes a las empresas que utilizan esclavos musulmanes uigures?”
El republicano señaló que entre las provisiones del presupuesto de infraestructura que aprobaron los demócratas con la ayuda de 12 republicanos, y bajo el argumento del cambio climático, está la compra de paneles solares de bajo costo, fabricados en China.
Además los demócratas buscarán también la adquisición de vehículos eléctricos para el servicio postal de los Estados Unidos (USPS) los cuales en su mayoría se producen en China también.
Según los recibos de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA), el China Daily gastó casi 20 millones de dólares entre 2016 y 2020 para poner sus insertos en medios prestigiosos como el Wall Street Journal, LA Times y Washington Post, entre otros.
De manera sutil pero efectiva, el PCCh utiliza los insertos para negar sus violaciones a los derechos humanos, diciendo que son ataques de Estados Unidos contra Beijing, o para criticar las políticas estadounidenses que podrían afectar los negocios del régimen o las que apuntan a combatir su influencia.
Al venir dentro de medios reconocidos cuya reputación en los ojos del público es buena, subrepticiamente la gente acepta como ‘verdad’ las mentiras y propaganda que el PCCh inyecta en los medios americanos.
(blesmundo)