En una conferencia de prensa el pasado 10 de agosto, el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby confirmó que habrá un procedimiento para que los militares que no deseen aplicarse la vacuna contra el virus PCCh por razones religiosas o médicas, puedan hacerlo.

La noticia llega un día después de que el secretario de Defensa Llyod Austin anunciara que a partir de septiembre, la vacunación contra el COVID será obligatoria para todos los militares en servicio.

“Buscaré la aprobación del presidente para que las vacunas sean obligatorias a más tardar a mediados de septiembre, o inmediatamente después de la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, lo que ocurra primero”, dijo el secretario de Defensa Lloyd J. Austin, refiriéndose a que actualmente las vacunas se administran solo con un permiso de ‘uso de emergencia.

En la conferencia de prensa, los periodistas preguntaron al Sr. Kirby que ocurriría si miembros de las fuerzas armadas se niegan a aplicarse la vacuna por cuestiones religiosas o cualquier otro motivo.

El secretario prensa aclaró que una vez que la vacuna sea obligatoria, entonces el Pentágono tiene la autoridad de administrarla a las tropas, pero que “hay una posibilidad de exención religiosa para cualquier vacuna obligatoria y hay un proceso por el que pasamos para asesorar al individuo, tanto desde una perspectiva médica como de mando, sobre el uso de una exención religiosa”.

“Y una persona también podría estar exenta de una vacuna obligatoria por motivos médicos, una enfermedad preexistente, ese tipo de cosas… el médico de cabecera podrá ayudar a tomar esa determinación”, aseguró el Sr. Kirby.

Para el funcionario ‘no será un problema serio’ y espera que una vez que la vacunación sea obligatoria, ‘las tropas van a van a hacer lo correcto”, de lo contrario, aclaró, habrá sanciones disciplinarias.

Kirby dijo que las expectativas que tiene el secretario Austin es que los oficiales a cargo de la vacunación actúen con ‘profesionalidad, habilidad y compasión’.

“Vamos a asegurarnos de que cada individuo que tiene reservas sobre la toma de una vacuna por cualquier razón sea aconsejado adecuadamente sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas y los riesgos para la salud de no tomarla, y así como el asesoramiento sobre el impacto de preparación de no tomarla, el impacto que un individuo estaría teniendo en sus compañeros de equipo”, agregó.

El funcionario puso énfasis en que cada persona que solicite una exención tendrá un médico que lo asesorará para que ‘tome la decisión correcta’.

“El médico debe asegurarse de que el miembro del servicio está tomando una decisión informada y debe abordar, como mínimo, la información específica sobre las enfermedades en cuestión, en este caso, la COVID, la información específica sobre la vacuna, incluidos los componentes del producto, los beneficios, los riesgos y los posibles riesgos de infección en los que incurren las personas no inmunizadas”, dijo Kirby.

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Además de ser asesorado por el médico del ejército, el solicitante recibirá recomendaciones de su mando superior sobre las consecuencias de no aplicarse la vacuna, que incluyen la posibilidad de no ser enviado al exterior para una misión, o tener una asignación específica.

En todo caso, el secretario de prensa recalcó que las fuerzas armadas tienen un procedimiento en lugar para este tipo de escenarios con todas las otras vacunas obligatorias y es algo que se viene haciendo hace tiempo.

“Pero en el ejército nos tomamos en serio la libertad de religión y de culto. Es una de las cosas que juramos defender. Y es algo que se hace con mucho cuidado”, dijo Kirby. “Y hay una serie de adaptaciones religiosas que se hacen en el ejército para acomodar los sistemas de creencias”, agregó

(blesmundo)