Hay algunos terrenos en los que la pauta mundial no procede de Estados Unidos, sino de países orientales, como China. Es el caso de la moneda digital y del pago con el teléfono móvil.
Si en un país europeo las transacciones con el móvil apenas alcanzan a un 3 por ciento y un 10 por ciento como máximo, en China supera la tercera parte y en India más del 20 por ciento. A finales de este año más de un 65 por ciento de los pagos en China se harán con el móvil.
En China la billetera es un móvil, muy por encima de la tarjeta de crédito. El país asiático está a la cabeza en tecnología de pagos en línea. Los bancos en línea ganan terreno y multiplican los servicios de pago. Crecen más que en cualquier otro país del mundo.
Las transacciones con el móvil han favorecido, además, la creación de la primera y más importante moneda digital pública, que acabará marginando al dólar.
Pero ese no ha sido el único motivo: el Banco Central de China ha promocionado yuan digital para combatir la proliferación de criptomonedas privadas y, especialmente, el bitcoin.
En 2013 la mitad de las transacciones realizadas en todo el mundo con bitcoin tuvieron lugar en China, por lo que un enorme volumen de pagos se empezaron a llevar cabo de manera anónima y privada.
El gobierno chino empezó a perder el control de los flujos monetarios, por lo que el 5 de diciembre del mismo año prohibieron los bitcoins para las transacciones en línea. El valor de dicha criptomoneda se desplomó un 40 por ciento, pasando su cotización a sólo 380 dólares, menos de la mitad de su valor a principios de diciembre.
Pero las criptomonedas están tan introducidas en las transacciones, que el Banco Central tuvo que buscar un sustituto, el yuan digital, que permite al gobierno controlar las transacciones y controlar a quienes las llevan a cabo.
No obstante, el Banco Central no tiene intención de digitalizar toda su moneda, sino que el yuan digital circulará en paralelo con los viejos billetes de papel.
El yuan digital no es una criptomoneda como las otras. Cumple funciones tanto económicas como políticas. Es un medio de pago destinado a desplazar al dólar, a Estados Unidos y sus políticas de bloqueo. Es un medio de reforzar la política económica del gobierno frente a las criptomonedas privadas y, finalmente, es un instrumento de control social de la población.
El papel moneda lo inventaron los chinos en el siglo VII y la moneda digital también es y será china. “Algún día todos usarán la moneda digital de China”, ha dicho Chandler Guo, dueño de Bitbank (*), porque es una divisa que cuenta con el respaldo del Banco Central de China y el tipo de cambio de la divisa física que hay detrás.
Es público, tiene el respaldo de un banco central y, en consecuencia, más seguro que el dinero bancario, que corre el riesgo de esfumarse en la próxima crisis financiera, cuando el capital bancario comience a quebrar.
En marzo la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, estableció un calendario para la implantación del euro electrónico. Las conclusiones de sus consultas públicas se trasladarán antes de verano al Parlamento Europeo y posteriormente el Banco Central tomará una decisión para implantarlo en 2025. Van con diez años de retraso respecto a China.
(Mpr 21)