Has no content to show!
18 May 2021

Parece que como dato mata a relato los grandes medios de comunicación tienen que convertirse en altavoces y manos que mecen la cuna de los verdaderos culpables de la situación que estamos viviendo en todo el mundo. Parece que el antes franquista, posteriormente monárquico y actualmente separatista, diario La Vanguardia, se acaba de convertir, por obra y gracia del “filántropo” Soros, entre otros, en una especie de poseedor de la verdad absoluta que sin aportar ni un solo dato se dedica a insultar a quienes no tengamos la misma opinión que ellos sobre el virus y sobre cualquier otro asunto de la vida política y social de España, o del mundo. 

En un artículo que titulan “Telegram se convierte en un altavoz de negacionistas de la Covid y ultraderechistas” lanzan ataques sesgados y totalmente falsos contra canales de esta red social como pueden ser el canal de Rafapal, La Quinta Columna, Tierra Pura o el nuestro propio, entre otros, solo por poner algunos ejemplos.

Como estos dictadores del pensamiento único se creen en posesión de la verdad absoluta nos encontramos con que en uno de los párrafos se dice lo siguiente: “Más allá de enlaces a perfiles y publicaciones al resto de redes sociales, el tipo de información que circula en estos espacios son enlaces a medios de comunicación que publican información falaz como Tierra Pura, El Diestro, EuskalNews, Trikooba, Mpr21 o Epoch Times entre muchas otras”. 

Si nos vamos a la Real Academia de la Lengua, algo que debería hacer La Vanguardia porque si escriben en español deberían escribir Cataluña con ‘ñ’ y no Catalunya con ‘y’, para buscar la definición de “falaz” nos encontramos con dos:

1.- Embustero, falso.

2.- Que halaga y atrae con falsas apariencias.

Nos resulta muy extraño que un medio que va de grande y de serio por la vida generalice de esa forma cuando habla de otros medios de comunicación. Debe ser que espera que ya sea porque son pequeños, o por menos conocidos  vayan, vayamos, a tener algún tipo de miedo por llevarles a los tribunales cuando nos están calificando de esta forma sin poner un solo ejemplo que motive que se nos tache de falaces. 

Además nos llama ultraderechistas y negacionistas. Lo de ultraderechistas es algo a lo que ya estamos acostumbrados aunque nos resulta chocante que sea La Vanguardia quien se exprese en esos términos contra nosotros puesto que nunca se nos ha ocurrido publicar titulares como estos en nuestra portada.

 

 

¿Qué calificativo hubieran usado si nosotros hubiéramos publicado algo así? No nos lo podemos ni imaginar. Pero mienten de nuevo cuando nos tachan de negacionistas. ¿Qué hemos negado nosotros, señores de La Vanguardia? Busquen un solo artículo en el que nosotros hayamos negado la existencia de un virus. Otra cosa es que pongamos en duda la versión oficial que se nos quiera dar sobre ello, las dictatoriales medidas impuestas por el gobierno con la excusa del virus y, por supuesto, el remedio contra ese virus que nunca pueden ser unas vacunas en fase experimental, no probadas, de las que no se responsabilizan ni los fabricantes y que están provocando infinidad de efectos secundarios, entre ellos varias muertes, que medios como La Vanguardia ocultan y censuran.

Pero claro, tampoco nos extraña que La Vanguardia escriba un artículo como este y mucho más si este artículo es subvencionado por los mismos que nos quieren meter esa vacuna, tal y como se recoge al final del propio artículo. Alucinen con lo que dicen:

“Nota metodológica
Para hacer este reportaje se ha hecho una selección de 60 canales y grupos de la aplicación de mensajería instantánea Telegram donde circula contenido negacionista o conspiracionista. Esta selección se ha hecho en base a consultas con diferentes expertos y se ha optado por incluir aquellos que tenían más seguidores.
​Se ha hecho un seguimiento de la actividad de estos canales para ver la afluencia de mensajes, el número de seguidores y de dónde provenía la información compartida”.

“Esta investigación está financiada por una subvención del fondo de Investigative Journalism for Europe”.

 

Cuando leemos quién financia este “exhaustivo informe” nos vamos directamente a su web para ver quién financia a los “financiadores”  y ¡oh, sorpresa! si lo financia, precisamente, la mano que mece la cuna: “El programa IJ4EU cuenta con el apoyo de la Comisión Europea (DG Connect) como acción preparatoria. En 2020, también fue apoyado por una subvención de la Fundación Open Society Institute en cooperación con el Programa de Periodismo Independiente de Open Society Foundations“.

Entonces ya nos queda todo más claro, el amo ordena a sus esbirros para que ataquen a todos aquellos que puedan poner en peligro su criminal negocio. Voceros y serviles desde que se levantan hasta que se acuestan y por la noche también sueñan con lo serviles que son.

(El diestro)

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