Tenían que empezar a pasar cosas como estás y ya han comenzado. Tras las informaciones que salieron a la luz ayer con respecto a la vacuna de AstraZeneca empieza a haber preocupación entre los vacunados. Recuerden que ayer por la mañana, la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León suspendía repentinamente las vacunaciones con ese producto y por la tarde, la EMA decía que había vínculos entre las vacunas y los trombos, pero que eran “mayores los riesgos de morir por COVID a morir por los efectos secundarios de la vacuna”. Como verán eso no es nada tranquilizador para los vacunados.

Y ahora empieza a surgir la preocupación entre los vacunados, como es lógico. Tal y como informa el digital ‘Burgos Conecta‘, vecinos de Aranda de Duero, recién vacunados con AstraZeneca afirman que lo que está sucediendo es una “tomadura de pelo”.

Añaden, además, que les han tomado por “conejillos de indias” y ya empiezan a preguntarse “qué es lo que les han metido” en el cuerpo con esa vacuna. “¿Qué lleva esa inyección para que la prohiban solo un día después con tanta prisa?”

Pero también habría que decir que, aunque la principal responsabilidad recae sobre los gobiernos y los políticos, otra buena parte de la responsabilidad recae sobre quien no se informa correctamente y decide, a ciegas, vacunarse con un producto del que ha habido serias dudas de las que, en este caso, sí que se han hecho eco una buena parte de los medios de comunicación.

Nuestras dudas no son solo con AstraZeneca, son con todas y ahora mucho más con las demás, que parecen totalmente ocultas con todo lo que está sucediendo con esta vacuna. ¿Alguien se compraría un televisor cuyo fabricante no diera los dos años de garantía legales? Pues los fabricantes de esa vacuna no dan garantías y no quieren hacerse responsables de las consecuencias, ¿no les resulta eso demasiado sospechoso para dejarse pinchar sin más?

(El Diestro)