George Soros, que seguramente se esté arruinando a lo largo de toda esta pandemia y probablemente no este metido en negocios que le estén lucrando en cantidades billonarias, vuelve a demostrar que es la generosidad en persona. Y como es tan, taaan generoso, anda obsesionado con que los países se endeuden a perpetuidad, preferiblemente con él, por supuesto.

Y con esa deuda a perpetuidad, esos países, “solo” tendrían que pagar a sus acreedores unos jugosos intereses anuales, que nunca acabarían con su deuda, solo pagarían intereses. ¿Pero quién tendría la posibilidad de ejecutar esa deuda cuando le diera la gana? El acreedor, por supuesto, el Soros de turno que, con su ya conocida generosidad, estamos seguros que no tendría completamente sojuzgados a los gobernantes del país en cuestión para que hicieran lo que a él le diera la gana para que le reportara más y más beneficios.

Y es que este filántropo, por lo que más se le conoce es por su eterna generosidad y no por andar oculto conspirando contra países de los que pueda sacar una buena tajada, aunque después deje a esos países en la mayor de las miserias. Y es que así es él, generoso y desprendido como el que más. Un alma cándida que fue incluso capaz de vender a los judíos, a pesar de ser él mismo judío, a los nazis porque, de lo contrario, “lo habría hecho otro”

Sinceramente, ¿hay alguien en el mundo que pueda estar tranquilo sabiendo que su país tiene una acreedor a perpetuidad como este sujeto? ¿Creen ustedes que un conspirador como este tiene algún rasgo de generosidad desinteresada por algún sitio? Miserable…

Los bonos perpetuos pueden ayudar a resolver el impacto económico global que ha causado el coronavirus. Francia es uno de los pocos países en condiciones de emitirlos.

(El Diestro)