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24 February 2021

Los datos del Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS) de los CDC muestran, a día de hoy, 929 muertes, 316 discapacidades permanentes y más de 15.000 reacciones adversas notificadas tras la vacuna COVID-19.

Esto representa principalmente los informes que vienen de los Estados Unidos. Los datos muestran que 799 de las muertes se notificaron en ese país, y que aproximadamente un tercio de ellas se produjeron en las 48 horas siguientes tras haber recibido la vacuna.

Muchos artículos han utilizado estos datos del VAERS para relacionar evidentemente a la vacuna COVID con las muertes y lesiones, pero según Facebook Fact Checker Health Feedback, los datos no demuestran una relación entre la vacuna y los eventos adversos. No obstante, por otro lado reconocen que el VAERS registra los acontecimientos adversos que se producen después de la vacunación.

Health Feedback destaca el siguiente punto:

Ambas vacunas contra el COVID-19 aprobadas para uso de emergencia por la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. fueron revisadas a fondo para determinar su seguridad y eficacia antes de su aprobación. El sistema de notificación de eventos adversos de vacunas de EE. UU. (VAERS) permite al público y a los proveedores de atención médica informar eventos adversos que ocurren después de recibir una vacuna. Si bien el VAERS sirve como un sistema de alerta temprana para posibles problemas con las vacunas, determinar si existe un vínculo causal requiere una mayor investigación de estos informes. Los datos del VAERS solo nos dicen que podría haber ocurrido un evento adverso después de la vacunación; el cual por sí solo no puede probar que las vacunas hayan causado el evento adverso.

El propio VAERS aclara este punto al afirmar que «un informe a VAERS no prueba que las vacunas identificadas causen el evento adverso descrito. Solo confirma que el evento informado ocurrió algún tiempo después de que se administrara la vacuna». Los verificadores de hechos suelen buscar cualquier resquicio para verificar y ‘marcar’ una publicación cuando les interesa, tratando a las personas como a niños que no entienden ni lo más básico. ‘Déjalo en nuestras manos, nosotros te diremos lo que es verdad y lo que no, tú no pienses’

Los datos del VAERS también se podrían percibir desde otra perspectiva. No hay pruebas que demuestren que la vacuna no causó los eventos adversos. Los informes que llegan al VAERS provienen de personas que creen que la vacuna es realmente responsable del evento adverso. Hay otros factores importantes que se han observado sobre el VAERS. Por ejemplo, según algunos, como este informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., se estima que el VAERS captura aproximadamente el 1% de las lesiones por vacunas, o al menos los informes de aquellos que creen haber sido lesionados por una vacuna, porque la mayoría no se reportan. No está claro cuántos profesionales sanitarios, y mucho menos cuantas personas, conocen el VAERS.

El VAERS ha sido objeto de críticas varias veces, un crítico familiarizado con el VAERS sentencio sin rodeos en The British Medical Journal que «no es nada más que un escaparate, y es una parte del esfuerzo sistemático de las autoridades estadounidenses para tranquilizarnos / engañarnos sobre la seguridad de las vacunas».

Cuando se trata de lesiones por vacunas en los Estados Unidos, el Programa de Compensación por Lesiones por Vacunas (VICP)  ha pagado más de  $ 4 mil millones de dólares debido a lesiones causadas por vacunas. Desde 2015, el programa ha pagado un total de $ 216 millones en un promedio de 615 reclamantes cada año. Además, las personas lesionadas por la vacuna COVID-19 no serán elegibles para una compensación del Programa de Compensación por Lesiones por Vacunas (VICP) mientras el COVID siga siendo una «emergencia».

A continuación se muestra una captura de pantalla de los DATOS:

Otro factor que hay que considerar, también, es la politización de la ciencia. Kamran Abbas es médico, ex editor ejecutivo reciente del British Medical Journal y editor del Bulletin de la Organización Mundial de la Salud. Ha publicado un artículo sobre COVID-19, en el cual habla de la supresión de la ciencia y la politización de la medicina y el complejo médico industrial.

«Se está suprimiendo la ciencia para obtener beneficios políticos y económicos. El Covid-19 ha desatado la corrupción estatal a gran escala y es perjudicial para la salud pública. Los políticos y la industria son responsables de este oportunista desfalco. También lo son los científicos y los expertos en salud. La pandemia ha revelado cómo se puede manipular el complejo médico-político en una emergencia, un momento en el que es aún más importante salvaguardar la ciencia… La respuesta a la pandemia del Reino Unido depende demasiado de los científicos y otras personas designadas por el gobierno con intereses en competencia preocupantes, incluidas las participaciones en empresas que fabrican pruebas de diagnóstico, tratamientos y vacunas covid-19.»

Según Arnold Seymour Relman (1923-2014), profesor de medicina de Harvard y ex editor jefe de The New England Medical Journal.

“La profesión médica está siendo comprada por la industria farmacéutica, no solo en términos de práctica de la medicina, sino también en términos de docencia e investigación. Las instituciones académicas de este país se están permitiendo ser agentes remunerados de la industria farmacéutica. Creo que es una vergüenza «.

(Trikooba)

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