El régimen comunista chino, casi un año después de que se informaran los primeros casos del virus PCCh, continúa supervisando de cerca cualquier estudio que pretenda descubrir dónde y cuándo se inició el brote. Al mismo tiempo promueve teorías conspirativas sobre un supuesto origen fuera de china.
El Partido Comunista Chino (PCCh), está tomando medidas fuertes ante toda investigación que pretenda develar el orígen del virus de Wuhan. Según un informe publicado recientemente por Fox News, el gobierno está distribuyendo subvenciones a científicos afiliados al ejército, que están investigando los orígenes del virus en el sur de China.
Cada hallazgo encontrado por los científicos debe ser revelado a las autoridades del PCCh, quien designa un grupo de trabajo especial para investigar y aprobar o no los datos relevados. Según es sabido, todo el sistema de investigación en China responde a órdenes directas del dictador Xi Jinping.
Tal como se denunció en reiteradas oportunidades, la cooperación con científicos internacionales por parte del PCCh ha sido prácticamente nula, por lo cual, toda información que se conoce sobre el origen del virus es la revelada por el régimen chino quien solo transmite el relato que le interesa difundir.
La investigación a la que hace referencia Fox News, ha revelado “un patrón constante de secreto gubernamental y control verticalista que ha retrasado las advertencias sobre la pandemia, ha bloqueado el intercambio de información con la Organización Mundial de la Salud y ha obstaculizado las primeras pruebas”. Los científicos familiarizados con el sistema de salud pública de China dicen que las mismas prácticas se aplican a cualquier investigación relacionada con información sensible.
En conclusión, bajo el régimen chino no existe ningún tipo de información importante que pueda divulgarse que no tenga la autorización previa del PCCh. Obviamente el virus que provocó un caos sin precedentes a nivel mundial, no es la excepción.
“Solo seleccionan personas en las que pueden confiar, aquellas a las que pueden controlar”, dijo un experto en salud pública que trabaja con los centros de salud de China. “Los equipos militares y otros están trabajando duro en esto, pero si se publica o no, todo depende del resultado”, continuó.
El presidente Trump fue una de las figuras a nivel mundial que se encargó de responsabilizar y denunciar al régimen chino por ocultar información y mentir a la comunidad internacional sobre los acontecimientos en sus inicios.
Trump se dirigió a los líderes mundiales en la primera Asamblea General de la ONU y no titubeó en responsabilizar al régimen comunista chino por haber dejado que el virus se disperse por todo el mundo, pidiendo a las Naciones Unidas que hagan responsable a Beijing por la pandemia.
Además del ocultamiento del virus PCCh durante más de dos meses por parte de China en sus inicios, también se habló de la complicidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que llevó a considerar una posible confabulación para provocar un genocidio a escala mundial.
Tal es el caso del investigador y periodista Shrenik Rao, basado en la cronología de la expansión del virus y en el comportamiento del régimen chino y de la OMS, que a su juicio es criminal.
(BL es mundo)